Castillo de Meï-Lésé****

Château Meï-Lésé es ante todo una historia de amor. Entre Jacky Buttard, un saboyano que se enamoró perdidamente a los 21 años de la hermana de un amigo "que irradiaba...". Lauryanne, una hermosa rubia, también se enamoró.

Son pareja desde 1978, se casaron en 1999 y son, como el otro, adictos al trabajo. Jacky, cantante y mayordomo, ha ejercido durante mucho tiempo las dos carreras a la vez : "He grabado discos y he dado conciertos en Francia y en el extranjero".

Igual que Lauryanne, bailarina acrobática, que "ha trabajado en todo el mundo". En 1979, emprendieron un negocio en Morzine. Un hotel-bar-restaurante-discoteca que recuperaron en un estado lamentable. "Lo convertimos en un paraíso". Pero al precio de 35 años de duro trabajo. "No fuimos de vacaciones ni diez veces, ¡incluso la boda se aplazó dos semanas porque teníamos llegadas!

En verano, los Buttard no trabajan mucho en Morzine, quieren el sol y bajan al Sur con la idea de encontrar un negocio "quizá una playa " para la temporada.

Habíamos pensado en Saint-Tropez, pero cuando llegamos a La Croix-Valmer, mi mujer tenía estrellas en los ojos. Vimos el hotel que llevaba cinco años cerrado. Pedimos visitarlo y nos enamoramos enseguida.

Tardaron dos años en adquirirlo, en 1996. Durante 17 años, la pareja gestionó los dos negocios: Meï-Lésé cerraba en invierno, hasta que en 2014 lo vendieron en Haute-Savoie. Con pesar... " Morzine era un lugar precioso, vivíamos allí felices. Pero hoy vivimos en otro paraíso. Nos encanta la gente, nuestra vocación es la hostelería y el hotel va bien". ¿Un proyecto? "Nos gustaría convertirnos en un hotel de cuatro estrellas".

Para ellos la marca Esprit Parc National también es importante porque es un reconocimiento a la calidad y al compromiso con el medio ambiente. Es un proceso que hemos iniciado, pero que nos anima a ir más allá.

Es lo que estamos haciendo al optar por productos ecológicos, clasificar las habitaciones y concienciar a nuestros huéspedes sobre el ahorro de agua y energía. También sueñan con encontrar tiempo para "hacer el circuito de las tres Islas Doradas y pasar una noche en cada una...". ¡Un sueño accesible!