Natural de Toulon y licenciada en gestión, Florence Sanchez trabajó en varios grandes hoteles antes de responder a un anuncio de un grupo hotelero de Porquerolles para un puesto de controladora de gestión.
"Llegué a la isla en 1991 y conocí a mi marido Alain, residente en Porquerolles desde hace tres generaciones. La propietaria, enamorada de la isla, vendió los otros hoteles y le dio carta blanca Me hice cargo de Les Glycines en 1994, Lola, nuestra hija, llegó en 1996 y nos casamos en 2007".
Dos años antes, Alain, cocinero de profesión, se unió a ella en Les Glycines.
Desde entonces, trabajamos en familia, nuestra hija ha crecido en la isla y tenemos una buena vida. Es un establecimiento a escala humana, cuidamos del hotel como si fuera nuestro. Vivimos in situ y aprovechamos al máximo la naturaleza: en invierno paseamos todas las tardes.
Una armonía familiar y profesional que ha dado sus frutos... Lola estudia ahora hostelería.
Para Florencia,
el hotel es un producto excelente en una ubicación excelente, lo que nos permite cobrar precios altos, pero cuidamos de nuestros huéspedes. Les aconsejamos cómo desplazarse, estamos muy atentos a sus necesidades. También intentamos desarrollar el negocio en temporada media y baja con tarifas preferentes.
Una clientela diferente, que busca calma y naturaleza.
Por eso me interesa la marca Esprit Parc National, porque responde a las expectativas de esta clientela y el espíritu nos corresponde".
También insiste en el hecho de que la Carta del Parque Nacional ha tenido en cuenta a los agentes socioeconómicos, los pescadores..
Se trata, según ella, de un paso esencial. Esperamos que otras actividades se desarrollen en este sentido, como el pescaturismo, el enoturismo, etc. Atraen a esta clientela que viene aquí a disfrutar de la naturaleza, que se interesa por el patrimonio local y que es sensible al medio ambiente.
