Les fruits séchés

En el corazón de la selva de Guyana, Cindy y su marido han optado por construir un auténtico ecosistema a su imagen y semejanza. Cada día, en una parcela de bosque primario, crean un espacio más acogedor, más vivo, sin renegar nunca de la naturaleza que les rodea.

Recrean la naturaleza a imagen de lo que les gustaría vivir, algo un poco menos hostil... por eso hay flores por todas partes.

En este jardín vivo, las primeras plantaciones se eligen por su rápido crecimiento: plataneros, maíz, guanábanos... Crean sombra, protegen el suelo y, con el tiempo, dan paso a otros cultivos.

Poco a poco, una planta sustituye a otra. Permite una cierta rotación y, sencillamente, permite que haya vida.

Cultiva una gran variedad de frutas y plantas: ciruelas cythere, guanábana, cramagnoc, giromon, maíz, caña de azúcar -a veces mordisqueada por macacos- y pimienta.

Estudié agricultura, pero también hay mucho de investigación, curiosidad y experiencia. También adaptamos nuestros cultivos en función de nuestra evolución.

Elegir lo biológico significa hacer concesiones: cochinillas, hongos... A veces hay que aceptar que hay que producir un poco menos para producir mejor.

Cuando nos pasamos a lo biológico, elegimos producir de forma más sana, aunque eso supusiera aceptar algunas limitaciones más".

Hoy aprovecha al máximo sus plantas con esmero. Toronjil, cúrcuma, hierbas... todo se procesa in situ. Mermeladas, frutos secos, infusiones: una página web vende todos los productos del huerto.

Acompañada por su marido, está desarrollando un negocio autosuficiente desde el punto de vista energético gracias a 16 baterías y 18 paneles fotovoltaicos.