
Le Châtelard
73440 Les Belleville
Francia
En Saint-Philippe, en el terruño de Souffleur d'Arbonne, Bitasyon Bio es una explotación familiar con certificación de agricultura ecológica desde 2006. En 7,5 hectáreas, Franck y Benoît Morel cultivan frutas, hortalizas, especias y vainilla mediante la agrosilvicultura, reintroduciendo especies endémicas para recrear un ecosistema equilibrado.
Comprometidos con las recetas tradicionales, transforman sus cosechas en mermeladas, jarabes, achardientes, polvos e incluso chocolate, reconocido como el producto 1.500ᵉ del parque nacional del Esprit en Francia.
En su tienda, abierta a todos, se pueden encontrar sus creaciones, así como otros productos del macizo volcánico, en un espíritu de compartir y promover la zona.
Aquí no explotamos. Cultivamos y desarrollamos nuestras tierras de cultivo.
Cultivamos lo que crece en Saint-Philippe, no vamos a forzar las cosas. Así que árboles frutales, especias también, pero también endémicos, porque para nosotros los endémicos tienen su lugar en las tierras agrícolas. Son los primeros árboles que estaban allí antes que nosotros, así que es importante reintroducirlos y crear un ecosistema que se equilibre.
Producimos, pero también añadimos valor a nuestros productos, ya sean mermeladas, achardas, siropes, pero también cualquier cosa hecha con vainilla, así como especias como la cúrcuma o el jengibre.
Decidimos utilizar recetas tradicionales, pero también reelaborarlas para ofrecer algo nuevo.
Todos nuestros productos son de marca.
Y en el caso del chocolate, tuvimos la agradable sorpresa de ser el producto de marca nacional Esprit parc1.500ᵉ en Francia, ¡así que es un gran motivo de orgullo!
El cacao debe cultivarse en agrosilvicultura: necesita árboles que lo protejan, sobre todo del viento y del sol. Al principio no es fácil, y la producción sigue siendo muy baja.
Mi padre fue un pionero en la plantación de cacao. Plantó nuestros primeros árboles hace unos quince años, y ahí fue donde yo me inicié.
Hoy nos ocupamos también de la chocolatería, transformando nosotros mismos las habas de cacao en chocolate. Somos totalmente autodidactas, pero nuestro chocolate empieza a ser reconocido.